Casi por casualidad, hemos descubierto un entretenimiento para todo el cole.

Un día haciendo propuestas, un grupo de niñas de tercero, empezó un puzzle de 500 piezas, el tiempo paso y tenían que recoger. Con mucho cuidado pusieron las piezas en la caja para seguir con el puzzle otro día. Pasados tres días las partes del puzzle eran muy grandes para moverlas y es cuando decidimos no mover el puzzle de la mesa, entramos esta a la biblioteca y allí fue cundo vimos el poder del puzzle.

Cada vez que alguien pasaba por delante de la mesa se paraba unos minutos hasta que conseguía poner una pieza, otros iban en parejas, otros lo hacían servir para relajarse, tomarse un descanso…

Así nació la puzzleterapia.

El primer puzzle donación de Bea ya está colgado , el segundo donación de Reme y Martina es de 1000 piezas y nos queda poco … si tenéis algún puzzle imposible. TRAEDLO. Nosotr@s podemos!