El patio, un aula más.

El patio de nuestra escuela estaba pensado, como la mayoría de ellos, para ser un espacio de juego y descanso durante determinado tiempo al día. Estamos cambiando este concepto, haciendo del patio un aula más; un aula de aprendizaje donde nuestro alumnado aprenda, experimente y viva la educación.

Estamos modificando el diseño y sus equipamientos, ofreciendo un espacio más confortable, estimulador, natural y en coherencia con nuestro entorno.

A parte de ser un espacio para jugar y aprender, también lo ha de ser para relajarse e interiorizar valores como la escucha activa, procesos de llegar a acuerdos, resolución de conflictos. Lejos de ser percibido como espacio educativo, el patio escolar constituye en la realidad un microclima donde con mayor intensidad y libertad los niños y niñas establecen relaciones entre sí. Es en ese espacio, donde a través del juego tienen lugar procesos educativos que se dan de manera espontánea: escuchar al otro, ponerse de acuerdo, fijar objetivos comunes, someterse a reglas, resolver conflictos, desarrollar la imaginación, formación del autoconcepto…

Los trabajos de investigación de Howard Gardner (psicólogo y pedagogo estadounidense que formuló y desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples), lo llevaron a la conclusión de que la inteligencia no se reduce sólo a la capacidad de solucionar las cuestiones abstractas, como habitualmente tiende a creerse, sino que se compone de varias facetas que interactúan entre sí, aunque cada una de ellas se adapte específicamente a las diversas situaciones que el individuo aborda a lo largo de su vida. Podemos aplicar la inteligencia naturalista al reconocer plantas, animales, personas o elementos de nuestro entorno natural. Las interacciones con el medio físico nos ayudan a desarrollar la percepción de las causas y sus efectos y los comportamientos o fenómenos que puedan existir en el futuro; como por ejemplo la observación de los cambios climáticos que se producen en el transcurso de las estaciones del año y su influencia entre los humanos, los animales y las plantas.

Así mismo, utilizamos esta transformación morfológica de los patios como excusa para generar procesos participativos de cambio en la comunidad educativa.

Para ello, se ha creado una Comisión de Cuidado al Entorno, donde las familias nos ayudan a pintar la escuela y modificar los espacios con:

– Construcción de macetas para decorar la escuela
– Ayudar en la creación del huerto escolar
– Creación de mesas de la calma.
– Pintura de exteriores.
– Creación de materiales y espacios.
– Arenero…